viernes, 29 de julio de 2011

LA VIDA SIGUE

Estos ejemplos que he enseñado y  que seguiré poniendo, no es para darme importancia, sino para que todos, tanto afectados como familiares y amigos, se den cuenta que la vida sigue y hay que plantearse retos por parte de uno y animar sin cesar por parte de los otros.
Hay que pensar en cosas cotidianas, no en batir record  ni hacer cosas que antes no hacíamos.
soportes para fijar la sarten
Me gustaba hacer  migas (lo único que se hacer en la cocina) y era una de las comidas que mas le gustaba a mi hijo, pues bien cuando supe que vendría  en  vacaciones  pensé en darle una sorpresa y hacer unas migas, ya por aquel tiempo me aguantaba bastante rato de pie, básicamente hacer unas migas es mover el pan durante bastante tiempo con una mano y con la otra sujetar la sartén, bueno pues ahí estaba mi problema, haría unas migas siempre que la sartén no se moviera, obviamente yo no puedo sujetarla.
Cuando quiero hacer algo, comienzo a buscar sin  saber lo que busco, pero cuando veo algo que me puede servir, me viene la inspiración, encontré unos tensores de unos vientos, puse en la encimera un par de cáncamos, ante la mirada atónita de la santa de mi mujer, coloqué la sartén en la hornilla y los tensores en los cáncamos y en  el borde de la sartén y los tensé, la sartén no se movía, ya podía hacerle las migas a mi hijo.
¡Que satisfacción cuando la terminé!, y recibí la felicitación de todos no solo por lo buena que estaban sino por que fui capaz de hacerla, mi autoestima subió por las nubes y me animé a seguir haciendo cosas.
moviendo las migas sin problema
objetivo cumplido
Si mi mujer en vez de mirar expectante como le dañaba su encimera, me hubiera dado la bronca  y me hubiera dicho que estaba loco, jamás hubiera hecho las migas.
No todo el mundo tiene que tener habilidades, ni saber de electrónica, ni ser un “manitas”, pero si tener ideas e inquietudes y otras personas ayudarles a adaptar las cosas para que las pueda realizar.

“MANOS” A LA OBRA

Llegó la hora de la verdad, todo lo que he imaginado que podía hacer, voy a intentarlo. Tenemos que pensar que una mano (en mi caso la izquierda) más o menos y según los casos nos funciona bastante mal,  por lo que tenemos que utilizar accesorios que la suplan, pueden ser cosas tan sencillas como un simple cenicero de cristal que sea pesado, yo lo utilizo para el dibujo lineal, lo pongo encima de la regla y trazo la línea,  también “sargentas” y unas pinzas muy fuertes que hay en los chinos, y si es para algo mas específico  nos lo fabricamos.
Hay que tener mucha  paciencia e imaginación, no desesperarse cuando las cosas no salen a la primera, e incluso reírse de uno mismo cuando nos vemos en situaciones ridículas, el sentido del humor es de gran ayuda, nunca la auto compasión, eso no nos lleva a ningún sitio.
Si se caen cosas al suelo intentar recogerlas uno mismo (yo pienso que estoy haciendo ejercicios de abdominales) .
Cuando estoy haciendo algo de electrónica y intento soldar  algún componente, y no atino a arrimar el estaño con mi mano izquierda, me esfuerzo en hacerlo y pienso  en mi profesor de prácticas, ¡que cogotazo me daría! ja,ja.ja.
A mi me cuesta mucho mas coger cosa pequeñas que grande, aunque mi profesión  era la electrónica, se me da bien la carpintería, de hecho todas las ventanas de la casa las hice yo antes del “accidente“  y aún quedan muchas cosas por hacer, por ejemplo en la cocina hay una alacena que no tiene puertas, será un buen intento hacerlas,  y mi primer trabajo serio, estoy muy ilusionado, tengo hasta el verano que venga mi hijo y me las coloque.

Bueno, pues después de mucho esfuerzo y alguna ayudita de mi paciente esposa (sujetar  cuando yo no podía arreglármelas solo), pude terminar las dos hojas, en la foto estoy trabajando y  después orgulloso de haberla terminado, doy gracias a Dios por darme fuerza y sabiduría para poder terminarlas.
Y este fue el resultado final.






lunes, 25 de julio de 2011

¡NO SOY UN INUTIL!



No debemos considerarnos inútiles, ya solo con el hecho de nuestra presencia en casa, con la mujer, hijos y la familia ya es un hecho positivo para todos.
Con el solo poder ir al servicio cada vez  que lo necesito, sin ayuda, es para mi un milagro y no ceso de dar gracias a Dios (nadie sabe lo que es abandonar una silla de rueda y valerse por si mismo.), sino ha pasado por ello.
Pero debemos de dar mas pasos, intentar hacer cosas aunque nos cueste, y no nos salgan bien, estamos jubilados tenemos todo el tiempo del mundo, si antes hemos ayudado en casa ahora también podemos, aunque con nuestras limitaciones, por ejemplo, yo antes pintaba todo el piso, incluso las puertas de mi casa, pues ahora solo pinto las puertas por ahora, estoy de pié pintando la parte superior, cuando me canso me siento, después sentado pinto el resto de la puerta, tardo mas tiempo, pero me sale como antes, ayudo y me siento bien.
El tener aficiones ayuda mucho y mientras mas mejor, tenemos que tener nuestra mente ocupada, tenemos que aceptar que nuestra situación es irreversible, tenemos que vivir para siempre con nuestra minusvalía, yo antes cuando soñaba me veía bien, como siempre, últimamente me veo como estoy ahora,  es duro pero mientras no la aceptes no serás feliz.
Muchos se preguntarán  ¿se pude ser feliz en esta situación? SI, si la has aceptado y ves la parte positiva, tiempo para todo, cobras tu jubilación (que no es poco como están las cosas), tienes tiempo para tus aficiones, si te organizas y tienes imaginación, cada día vives una vida más normal, incluso tu vida de pareja.
Mi mujer y yo decidimos pasar la mayor parte del tiempo en nuestra casa del campo, ella con su afición a las flores y la huerta, y yo a  intentar desarrollar las mías, que son muchas: lectura,  bricolage, radioafición,  electrónica (antes era mi profesión ahora es mi hobby), Meteorología, Internet e informática, etc.
Intentando desempeñar estas actividades y programándome el día seguro que no me aburriría y tendría mi mente ocupada.
Esto era un nuevo reto para mí.

domingo, 24 de julio de 2011

¿Y AHORA QUE?


Después de todo un año con la rutina y el esfuerzo de la rehabilitación donde tengo un grato recuerdo de mis  ”fisios” Marigracia  y Jose, por lo que me ayudaron y animaron, te encuentras que te dan el alta y a tu casa, ya no tienes que madrugar ni pasar la mañana recorriendo la ciudad en la ambulancia, te encuentras en casa sin tener nada que hacer, comenzando una nueva vida y se cierne sobre ti el fantasma de la depresión  y el abatimiento.
Acostumbrado a una vida activa, trabajando muchísimo, sin haberte dado prácticamente nunca de baja, te ves en tu casa a una hora rara lo primero que hay que hacer es tener una actividad, no caer en la tentación de pensar no sirvo para nada.
Comencé a despertarme a las ocho, hacer a continuación en la cama, los mismos ejercicios que hacía en rehabilitación, me levantaba y aseaba, como mi mujer ya se había marchado y me había dejado a mano las cosas del desayuno yo me lo preparaba después fregaba los platos, como estaba aburrido me entretenía limpiando el polvo y haciendo crucigramas, dameros etc. para agilizar la mente. ¡NUNCA SOFÁ Y TELEVISION!
En estas primeras semanas, el demonio de la depresión intentará apoderarse de ti, llorarás, te desesperarás y lo verás todo muy negro, yo gracias al apoyo de mi familia y a mi fe de tener una Roca donde agarrarme para no ser arrastrado por la corriente de mi nueva situación, pude superarlo.
Hay que ponerse metas, andar cada día un trecho y al día siguiente un poco mas hasta cansarse (que sensación mas estupenda es cansarse) señal que estás desempeñando una actividad física.
Mi primera gran meta era poder renovar el carnet de conducir, yo tenía miedo que en mis condiciones no me lo renovaran, pedí a Dios con todas mis fuerzas, fui a Tráfico y me lo dieron sin problemas, tendría que conducir un coche automático, con una bola en el volante.
¡ Que inyección de moral ¡, me sentía un poco mas “normal” y ahora a por el coche, al poco tiempo se presentó mi hermano Gabriel  con  un Toledo automático que vendían a muy buen precio en  un concesionario amigo suyo, por ser automático y no poder venderlo, entregué mi viejo Citroen BX19 y me encontré con un coche que yo podía conducir ¡Dios es grande!, ya podríamos ir a nuestra casa del campo mi mujer y yo sin molestar a nuestro sobrino José Carlos, que el pobre estaba de taxista nuestro, cuando me monto en el coche me siento una persona como las demás, se acostumbra uno a conducir sin ningún tipo de problema, hemos ido a Granada, Sevilla sin problemas y exactamente como antes
Mi primera meta ya está cumplida, pero esto es solo el principio.

martes, 19 de julio de 2011

Un poco de mi

Todo comenzó una noche, me desperté con un dolor en la cabeza y una especie de calambres en mis extremidades izquierda, recuerdo remotamente que alguien me preguntaba por mi nombre y después me desperté en la cama de un hospital, totalmente confuso y desorientado.
Según supe después, había sufrido un derrame cerebral, me operaron a vida o muerte y permanecí varios días en coma en la UCI.
Me trasladaron a otro hospital donde debería mas adelante comenzar la rehabilitación, tenía paralizado el lado izquierdo, todo para mi era como una pesadilla, no entendía nada, me hablaban mis familiares pero yo casi no les comprendía. Poco a poco me fui dando cuenta de mi situación y una tarde estando solo en mi habitación y a pesar de ser cristiano evangélico, lloré de desesperación y le dije a Dios por que no me había dejado morir en la mesa de operaciones, pues ya no servía para nada y sería un estorbo para mi familia.
Después me desperté y pedí perdón y le dije a Jesús que fuese mi Roca donde yo poder agarrarme y me diese fuerza para superar cualquier obstáculo; en los siguientes días, me encontraba desorientado, me costaba mucho trabajo concentrarme en algo, mi mirada era errática, pero tuve la gran suerte de contar con mi sobrina Rocío, que estaba estudiando sicología y con la ayuda de una profesora suya, venía todas las tardes y me ponía una serie de ejercicios, dibujos, números sumas etc. que para mi eran un verdadero martirio, pues yo me afanaba en hacerlos, pero me costaban un gran trabajo, así casi dos meses, conforme iba progresando me animaba y así hasta llegar a la normalidad.
Después comprobé que eran cosas básicas algunos de niños de párvulos, que me hicieron un gran bien, lo triste es que esta terapia no esté al alcance de todos y sea un apoyo normal para este tipo de pacientes.
También, comenzaron a llevarme al gimnasio a diario, me acostaban en una camilla y comenzaban a moverme el brazo y la pierna entre otros ejercicios, si me decían que estuviera 10 minutos haciendo algo yo estaba 20 y así durante tres meses hasta que por fin pude ponerme en pié y abandonar la silla de ruedas parcialmente.
Me dieron el alta del hospital y desde mi casa me llevaban  tres veces por semana a recuperación y así durante un año, sin faltar un solo día.